El muralismo y el proyecto educativo

El movimiento revolucionario de México dio pie a grandes cambios económicos, políticos y sociales que generaron una nueva organización gubernamental y la creación de diversas instituciones, como la Secretaría de Educación Pública (SEP), encabezada por José Vasconcelos Calderón, quien con su filosofía personal basada en los ideales de la cultura universal y el reconocimiento de las raíces nacionales, consideró que la educación era el medio para acabar con la explotación de los más débiles y la herramienta para llevar la luz del conocimiento a los lugares apartados. Bajo este enfoque, Vasconcelos inició una cruzada educativa denominada “Misiones Culturales”, con la que pretendía abarcar al país entero e incluía como elementos fundamentales a los libros, maestros, escuelas y artistas.

Vasconcelos estableció la operación de la SEP en el edificio que fue el Convento de Santa María de la Encarnación del Divino Verbo, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Situó a la institución como una plataforma para que todos los mexicanos accedieran a las expresiones artísticas, entre ellas la pintura mural a la que concibió como el instrumento idóneo para lograr un proceso de alfabetización gráfico, a través del cual la población fuera capaz de leer su realidad social. El proyecto del Secretario de Educación Pública, vinculado con un aliento nacionalista e inherente a la esperanza de la fuerza revolucionaria, impulsó un movimiento cultural lleno de grandeza del que se reconoce como máxima expresión el muralismo mexicano.

Fotografía de José Vasconcelos
Fotografía 1. Retrato de José Vasconcelos, Secretario de Educación Pública, 1921
Fotografía 2. La maestra rural

El edificio sede de la SEP es uno de los principales inmuebles donde se refleja la intención social que caracterizó a esta corriente artística, pues en dicho espacio puede observarse el trabajo de importantes muralistas, entre los que destacan Jean Charlot, Amado de la Cueva, Roberto Montenegro y Diego Rivera, quien realizó la mayor extensión de obra pictórica en sus muros.

De acuerdo con las características arquitectónicas del inmueble de la SEP, Rivera integró magistralmente las ideas y formas para crear una técnica de alta calidad estética. Parte de la obra se conforma de imágenes metafóricas usadas para despertar la conciencia y promover el cambio social.

El edificio sede de la SEP es uno de los principales inmuebles donde se refleja la intención social que caracterizó a esta corriente artística, pues en dicho espacio puede observarse el trabajo de importantes muralistas, entre los que destacan Jean Charlot, Amado de la Cueva, Roberto Montenegro y Diego Rivera, quien realizó la mayor extensión de obra pictórica en sus muros.

De acuerdo con las características arquitectónicas del inmueble de la SEP, Rivera integró magistralmente las ideas y formas para crear una técnica de alta calidad estética. Parte de la obra se conforma de imágenes metafóricas usadas para despertar la conciencia y promover el cambio social.

Sus murales se encuentran distribuidos en dos patios, al principal lo denominó Patio del Trabajo, ya que en la planta baja plasmó escenas relacionadas con actividades laborales, en el primer nivel representó el trabajo intelectual y en el segundo rindió un homenaje a las artes, los héroes e ideales nacionales. Asimismo, en el cubo de las escaleras desarrolló un concepto propio de la transformación del ser humano, y en el vestíbulo de los elevadores hizo un tributo a la fertilidad. Al patio contiguo lo nombró Patio de las Fiestas, pues en la planta baja recreó diversas celebraciones mexicanas. En el primer nivel incorporó los escudos de las entidades federativas de México y en el segundo elaboró escenas vinculadas con las luchas sociales revolucionarias.

Fotografía 6. La Asamblea. Patio de las Fiestas, muro poniente
Fotografía de José Vasconcelos
Fotografía 5. Diego Rivera" en la Secretaría de Educación Pública junto a sus murales, retrato

No menos importante es la obra de Roberto Montenegro, artista que decoró el despacho del entonces secretario –que aún conserva esta función–, con murales de imágenes relacionadas con las filosofías orientales y occidentales. En los salones Simón Bolívar e Iberoamericano, Montenegro retomó las ideas de unificación de América Latina, y en el salón Benito Juárez representó el valor social de la familia. Por otra parte, adornó el salón Emiliano Zapata con frisos alusivos a la ciencia, el arte y la tecnología.

través del tiempo, el complejo arquitectónico de la SEP se enriqueció con la incorporación de los inmuebles de la Ex Aduana de México y dos casas intermedias, por lo que en diversos espacios de todo el recinto intervinieron artistas como Eric Mose, Federico Canessi, Cirilo Almeida Crespo, David Alfaro Siqueiros, Alfredo Zalce, Luis Nishizawa, José Chávez Morado, Raúl Anguiano y Manuel Felguérez, quienes con sus aportaciones aumentaron el bagaje artístico de la institución.

Fotografía de José Vasconcelos
[La Unión de la América Latina, Roberto Montenegro: Foto salón iberoamericano mural no en NAS]

La invaluable riqueza artística que resguarda el inmueble de la SEP refleja diferentes temáticas y formas de pensar de sus creadores.